La presencia de sus brazos comienza a extenderse mientras cada día se consume.El Emperador Caótico gobierna su juego.
Las hojas tostadas por el sol caen desde sus manos dejando atrás en su recorrido gotas de aire imperceptibles, sabiendo su
destinos se dejan llevar por el fluido universal en un extenso encuentro con su alrededor.
una a una caen.
una a una se tocan.
una a una se van a encontrar en el mismo destino. Se predisponen al juego caótico inmersas en la improbabilidad de su camino.
Coloreadas y heterogenas van desplazándose en espiral, cayendo a su placer colectivo, donde no importa cómo si no dónde.
Tan lejos y todavía puedo sentir su aroma, es como que si aun estuvieras aquí
Y las hojas caen y siguen cayendo, nada las detiene. Sin embargo necesito tu calor, que mires con esos grandes y azules
ojos.Miras a ese lugar sin fin anhelo del deseo.
Y por momentos melancólicos, sospechosos de dolor van llenando el tiempo.
La textura rustica va apareciendo junto con el sabor amargo se va desplazando por el paladar, el calor de la impotencia y el
temor a no ser.
En la ramificada apariencia existe ese calculable, probable camino a seguir por el suave efecto natural... que todo cae. O
potencialmente... puede caer.
Una de ellas se destaca por su armonía al pasar.... toca a otra de ellas sin herirla, sin embargo ésta conserva la calma en
la marcha que finalmente llega a su fin.
Encuentro tu mirada fría, ya no miras con extensión etérea. Me miras y todo sigue igual alrededor... las hojas caen.
La danza gobernada por el caos y su andar errático deja de ser en el exacto instante que tus bonitos ojos tocan mi mirada.
jueves, 4 de junio de 2009
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